Lo dice la neurociencia:
Entender cómo funciona nuestro cerebro en el proceso de aprendizaje es esencial para educar para la paz.
Un conocimiento como este puede guiarnos a la hora de gestionar emociones, resolver conflictos, fomentar la empatía, etc. Al comprender los mecanismos neuronales detrás de estas habilidades, los educadores pueden desarrollar estrategias más efectivas para cultivar un ambiente de aprendizaje que promueva la resolución pacífica de conflictos, la cooperación intercultural y la comprensión mutua, elementos fundamentales para construir una sociedad más pacífica y armoniosa.
En otras palabras:
Si queremos una educación para la paz, debemos entender de qué manera la educación puede promover esa cultura. Y para ello, ¡nada mejor que aprender cómo aprendemos!
En la actualidad existen numerosos avances en la educación gracias a que hemos entendido cómo aprendemos. Gracias a la neurociencia y la psicología cognitiva —que se encarga de estudiar los procesos mentales implicados en el aprendizaje—, hemos podido entender un poco mejor cómo aprendemos. Y con ello, la manera de enseñar se ha ido modificando. Existen investigaciones que han realizado muchos neurocientíficos y psicólogos cognitivos, y en Knotion siempre estamos atentos a ellas. Uno de nuestros fundamentos más destacados es impregnar nuestro ecosistema con estos avances y descubrimientos, con el fin de dotar a alumnos y alumnas de una educación verdaderamente basada en valores que beneficien a todos y todas.
Si queremos una educación para la paz, debemos entender de qué manera la educación puede promover esa cultura.
A la par, el acceso a la tecnología en el aula ha funcionado como un disruptor fundamental y ha provocado el surgimiento de la pedagogía digital, que también ha influenciado a la educación y fortalecido el aprendizaje activo.
¡Acompáñanos a observar la forma en que ocurre este proceso!
El rol de las neuronas según la neurociencia
Gracias a la neurociencia, sabemos que el bloque de construcción fundamental de nuestro cerebro es la célula llamada neurona. Cada cerebro humano tiene alrededor de 100 mil millones de neuronas. Si tuviésemos que definirlo de una forma didáctica, podríamos decir que las neuronas tienen “patas” que se llaman dendritas, y también tienen un “brazo” llamado axón.
Ahora bien, ¿cuál es la importancia de hablar de dentritas y axones?
Durante el aprendizaje, las neuronas animan a sus axones a estirarse y tocar las dendritas de otra neurona. Así nace una nueva sinapsis. Las cifras —y la cantidad de datos que se traspasan— son asombrosas: Hay alrededor de un millón de billones de sinapsis que conectan estas neuronas. Y se pueden colocar mil millones de sinapsis en un solo grano de arroz.
¡Nuestro cerebro es más complejo que la más compleja de las computadoras!
Hay alrededor de un millón de billones de sinapsis que conectan estas neuronas. Y se pueden colocar mil millones de sinapsis en un solo grano de arroz.
La neurociencia cognitivanos indica que en un primer momento, las neuronas comienzan a conectarse entre sí para procesar la información y dar sentido al nuevo aprendizaje. Llamamos a esta etapa la de “aprender”. Más adelante, cuando los estudiantes pueden recuperar y practicar lo que han aprendido por su cuenta, los vínculos neuronales se fortalecen: nos referimos a esta etapa como la etapa de “enlace”. Finalmente, el nuevo conocimiento generado se aloja en la memoria.
¿El resultado?
¡Hemos aprendido algo!
Por supuesto, debes tener en cuenta que todo lo anterior solo es una descripción general comprensible de los procesos de aprendizaje, desde una perspectiva divulgativa. Pero es evidente que, de acuerdo con la neurociencia cognitiva, la complejidad y precisión de los procesos cerebrales, según lo entienden los científicos en la actualidad, es mucho más profunda. ¡Nuestra mente sigue siendo un misterio en muchos sentidos!
Veamos ahora algunas formas en que podemos aprender.
Psicología y educación: las formas en que aprendemos
Existen dos formas de aprender:
- A través del Sistema de Aprendizaje Declarativo; y
- A través del Sistema Procedimental.
El Aprendizaje Declarativo comienza en el hipocampo, que recibe información tanto de la parte posterior del cerebro como de la memoria de trabajo que se encuentra alojada en la parte frontal del cerebro. Luego, el hipocampo repite esta información hacia la neocorteza de manera constante. Con la práctica repetida, la comunicación entre la memoria de corto plazo y la neocorteza se agiliza, eliminando la necesidad de utilizar el hipocampo como intermediario. Este proceso se conoce como consolidación.
En tanto, el Aprendizaje Procedimental emplea los ganglios basales para almacenar conjuntos de conexiones en la memoria a largo plazo de la neocorteza. Este tipo de aprendizaje no es consciente, sino que está diseñado para automatizar acciones que realizamos sin necesidad de pensar en ellas. Inicialmente requiere mucha práctica, pero una vez dominado, podemos realizar las actividades de manera inconsciente.
Para alcanzar un aprendizaje efectivo, la neurociencia indica que en ambos casos es crucial estimular la atención y el interés de los estudiantes. Es un hecho que la motivación y el compromiso influyen en la capacidad de retención y aplicación de conocimientos.
¿Sabes por qué?
Ocurre que cuando tratamos un tema aburrido, los pensamientos de los estudiantes pueden desviarse hacia cosas más placenteras: qué harán después de la escuela, de qué color es el balón de fútbol que os espera en casa, qué tan posible es que alguien los esté esperando con su almuerzo favorito… De esta forma, es altamente probable que se pierda el enfoque en lo que deberían estar aprendiendo.
Por el contrario: según la neurociencia cognitiva, al captar la atención de los niños se segrega la dopamina, una sustancia química que juega un papel crucial en la formación y fortalecimiento de las conexiones neuronales. Al activarse, mejora automáticamente la capacidad de aprendizaje. En ese torbellino de neurotransmisores…
¡Está la clave de un aprendizaje exitoso!
Las técnicas para una mejor educación
Ahora que tenemos las nociones básicas de cómo funciona nuestro cerebro según la neurociencia, es de utilidad abordar algunas de las técnicas que han recomendado neurocientíficos y psicólogos cognitivos, y que hemos incluido en Knotion. En esta ocasión hablaremos de prácticas simples o comunes, y no de aquellas basadas en la tecnología como la gamificación y el storytelling.
- Recuperación. La autoevaluación fortalece los enlaces neuronales y fija la información en la memoria de trabajo. Es esencial para vincular ideas y promover la comprensión profunda.
- Reiteración. La práctica constante conduce a la habilidad, fortaleciendo enlaces específicos del cerebro. Los fragmentos de práctica diaria son cruciales, especialmente para habilidades procedurales.
- Andamiaje y Fragmentación. Desglosar problemas en pasos manejables permite a los estudiantes abordar desafíos aparentemente abrumadores. Fragmentar la información facilita la comprensión y la retención, construyendo gradualmente una imagen completa.
- Intercalado. Mezclar conceptos relacionados pero distintos promueve una comprensión más profunda y una retención mejorada. Es crucial evitar la intercalación de elementos demasiado similares o diferentes.
- Aprendizaje activo. Proporcionar un entorno y actividades que fomenten la búsqueda, el análisis y la síntesis de información. Los estudiantes deben reflexionar y practicar para integrar el conocimiento y las habilidades de manera significativa.
- Instrucción directa. Es esencial a medida que los estudiantes enfrentan material más complejo que desafía los patrones cognitivos biológicos. La instrucción directa remodela efectivamente los cerebros de los estudiantes.
- Metáforas. Facilitan la comprensión de nuevos conceptos al vincularlos con ideas familiares. Las metáforas aprovechan la capacidad del cerebro para relacionar conceptos existentes con nuevos aprendizajes.
- Evitar el multitasking. Cambiar entre tareas tiene un costo cognitivo significativo. Es crucial centrarse en una tarea a la vez para maximizar el rendimiento y la retención de información.
- Empezar por lo difícil. Abordar las tareas más desafiantes primero evita la procrastinación y genera una sensación de logro temprano, liberando endorfinas que impulsan la productividad.
- Un poco de estrés. El estrés beneficioso puede mejorar el rendimiento cognitivo y promover el crecimiento personal. Pequeños desafíos diarios estimulan el cerebro y fomentan la adaptación.
- Ejercicio. La actividad física promueve el crecimiento neuronal, la plasticidad cerebral y la mitigación del estrés. Se recomienda al menos 30 minutos de ejercicio moderado cinco días a la semana para mejorar el enfoque y la atención.
- La importancia del sueño. El sueño permite que el cerebro elimine toxinas y mantenga su salud. Dormir adecuadamente es crucial para el rendimiento cognitivo y la claridad mental. Es también durante el sueño cuando los enlaces neuronales se fortalecen.
Al saber cómo funciona nuestro cerebro, con la ayuda de la neurociencia, podemos mejorar los procesos de aprendizaje, y al mismo tiempo diseñar ambientes que fomenten la paz, la cooperación y la comprensión mutua. Desde Knotion, en conjunto con nuestros aliados, queremos convertir la educación en la más poderosa herramienta para construir un mundo más pacífico y armonioso.
En definitiva, entender nuestro cerebro ¡es la clave para educar para la paz!
