Día del Maestro

Desde Knotion, ¡celebramos a aquellos que nos enseñan a volar!

Todos tuvimos un maestro que marcó nuestras vidas. Alguien cuya pasión y dedicación nos inspiraron a alcanzar nuestros sueños. En el mundo de hoy es más importante que nunca reconocer el impacto que han tenido en la sociedad, moldeando mentes jóvenes a través de su conocimiento y sus valores.

Hoy, a través de las historias de tres colaboradores de Knotion, honramos a todos y cada uno de ellos, y les agradecemos por su incalculable contribución a la educación. Y también por su invaluable legado en nuestras propias vidas.

“Sus palabras guían mis decisiones”

Por Hisami Stefany Tapia

 He tenido muchos buenos maestros en mi vida.

La maestra Dulce Garrido, de Química, que me enseñó no sólo a adorar una materia que el resto del mundo odia, sino a disfrutar de cada momento y no tomarme tan en serio las cosas que pasaban en mi adolescencia.

La maestra Blanca Frías, de Historia, que me enseñó a entender cómo llegamos a lo que vivimos actualmente, y que la disciplina no se trata de seguir normas, sino de hábitos que te permiten comprometerte contigo mismo.

El profe Juan Jesús Aguilar, que alegraba todas mis mañanas con su forma tan única de enseñar estructuras gramaticales, riendo y comprendiendo cada concepto.

Celia Castrejón, de Administración, que siempre se preocupaba porque los conceptos vistos en clase fueran útiles y aplicables a nuestras vidas, pero sobre todo, a ser una mujer segura y valiente.

Alicia Hernández, de Derecho, que se esforzó por crear en nosotros la esperanza de que las cosas sí se pueden hacer de forma distinta si tenemos la fortaleza de ejecutarlo.

Mi maestro Enrique Hernández, que me mostró que la edad es sólo un número y que siempre, hasta en las circunstancias más adversas, se pueden aprender cosas nuevas…

Sin embargo, el maestro que más ha impactado mi vida fue Álvaro Merlos. Casi a punto de terminar mi carrera universitaria, me preguntó:

—¿Qué es lo que más disfrutas hacer en la vida? Eso que disfrutas hacer, ponlo al servicio de los demás y verás que tu trabajo siempre te llenará de satisfacciones. El dinero vendrá como consecuencia.

Sus palabras aún guían mis decisiones profesionales. Y también algunas personales.

Creo que somos la suma de todas esas enseñanzas que, de manera consciente o quizá sin darse mucha cuenta, nuestros maestros depositaron en nosotros.

¿Qué es lo que más disfrutas hacer en la vida? Eso que disfrutas hacer, ponlo al servicio de los demás y verás que tu trabajo siempre te llenará de satisfacciones. El dinero vendrá como consecuencia.

Agradezco y reconozco su labor, porque sé que los alumnos no siempre estamos tan receptivos para recibir sus enseñanzas, que la preparación de clases y corrección de tareas y trabajos los obligan a sacrificar tiempo con sus seres queridos, que a veces sienten que sus palabras se quedan entre las paredes de las aulas… Pero créanme cuando escribo que nos llevamos algo de ustedes, porque eso nos ayuda a enfrentar y, en medida de lo posible, mejorar nuestro entorno.

¡Gracias a todos mis maestros!

“Me dio herramientas para la vida”

Por Mónica González

Con mucho cariño a mi Profesor de Filosofía de la preparatoria, maestro Jorge.

Cuando entré a tercer semestre recuerdo que vi las materias que llevaría. Una de ellas era Filosofía. Pensaba que era una materia aburrida, y que definitivamente no la iba a disfrutar. Qué sorpresa tan maravillosa recibiría, ya que para mí esa fue una semilla que ÉL sembró y que posteriormente despertaría en mí el anhelo del estudio, principalmente del hombre y su relación con el entorno.

El profesor Jorge había estado en un seminario de sacerdotes. Terminó el seminario con la idea de ejercer el sacerdocio, pero cambió de opinión y se dedicó a dar clases. Gracias a eso pude conocerlo.

El día que más recuerdo fue una clase en la que nos estuvo hablando acerca de lo que era la vida. Expresaba una idea platónica que decía que la vida era como un sueño, un sueño donde no sabías distinguir qué pertenecía a la realidad y qué al sueño, que uno vivía pensando en que estaba en la realidad verdadera, en la realidad real, valga la redundancia… Sin embargo, ¿quién no te decía que eso que vivías era un sueño? ¿Cómo saberlo? ¿Qué tal que tu sueño era la realidad, o viceversa?

Esto, particularmente, me pareció interesante ya que a partir de ahí empecé a ver la Filosofía como algo valioso. Si la estudias más allá de querer sentirte intelectual o inteligente, te da herramientas interesantes para la vida.

¿Quién no te decía que eso que vivías era un sueño? ¿Cómo saberlo? ¿Qué tal que tu sueño era la realidad, o viceversa?

Hoy lo recuerdo con gran cariño. Para mí, “ÉL” fue uno de los mejores maestros que tuve, entre muchos otros que sigo teniendo. Sin embargo, hoy vino a mi mente el maestro Jorge. En esa etapa de mi vida tenía tantos cuestionamientos sin resolver (muchos aún…), y si bien no me dio respuestas, sí que me dio herramientas para después de muchos años llegar al camino y encontrarlas.

Lo recuerdo con cariño, y en su memoria elaboro este relato.

“Mi colega inspirador”

Por Juan Pablo Álvarez Galán

Actualmente me dedico como Análisis de Datos en Knotion. Mi pasión por las matemáticas siempre fue muy fuerte, desde niño. En 2007 ingresé a la secundaria, y tuve al mejor maestro de Matemáticas que alguien puede tener: el ingeniero Arturo Calderón, de la Técnica 3. Asumo que él tenía alrededor de 23 o 25 años en ese entonces.

Desde que lo conocí, me inspiró por completo. Era muy serio, muy apasionado por su trabajo y por la enseñanza. Siempre hizo muy fácil el entendimiento para mí y para mis otros compañeros. También siempre fue un ejemplo de vida, tanto que por él quise estudiar una ingeniería y dedicarme por completo a un área que involucrara números. Quería ser como él, algún día…

Y ese día se cumplió. Doce años después se me dio la oportunidad de trabajar en la misma Universidad, a mis 23 años, como Técnico Académico impartiendo clases de Adquisición de Datos, Matemáticas y Física. Ser docente también fue y será parte de mi vida. Pero lo más curioso es que en esa misma Universidad el ingeniero Arturo también trabaja como profesor de tiempo completo, por lo que fuimos colegas por 2 años. Siempre está dándome consejos y apoyo para mi carrera profesional.

Actualmente nos seguimos solamente por redes sociales. Sin embargo, continúa siendo un ejemplo de vida para mí y para muchos otros. Agradezco todo lo que me enseñó como maestro, colega y amigo. Sin duda, es una historia que llevo en el corazón.

Quería ser como él, algún día. Y ese día se cumplió. Doce años después se me dio la oportunidad de trabajar en la misma Universidad, a mis 23 años, como Técnico Académico impartiendo clases de Adquisición de Datos, Matemáticas y Física.

Escribo estas palabras con cariño no solo hacia él, sino también a todos mis maestros a lo largo de mi vida académica y profesional.

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