Amor de mamá

La importancia de la figura materna como primera educadora

Por Knotion

¿Lo has oído?

“Una buena mamá vale por cien maestros”.

“Ninguna lengua es capaz de expresar la fuerza, la belleza y la heroicidad de una madre”.

“Madres, en sus manos tienen la salvación del mundo”.

Seguramente has oído estas o algunas otras frases inspiradoras dedicadas a las madres del mundo. Sobre todo en este mes de mayo, considerado por antonomasia como el mes de las madres. El mes en que las frases como estas, los saludos, los abrazos y los regalos abundan.

Más allá de la celebración, el contenido de las frases que inician este artículo es estrictamente cierto. El rol de la mamá en la educación de los hijos es fundamental, tanto como para que los expertos consideren ese papel como un aspecto mucho más vital incluso que la escolarización.

Según coincide la ciencia, las madres desempeñan múltiples roles en la crianza y educación de los hijos, desde la nutrición y la atención física hasta la enseñanza de valores, habilidades sociales y emocionales, y el apoyo emocional y psicológico. Muchos estudios han demostrado que la participación activa de la madre en la vida de sus hijos tiene un impacto positivo en su bienestar a largo plazo.

Aun sin tener estudios científicos sobre el tema —eran escritores, no expertos—, George Herbert, Edwin Chapin y León Tolstoi (los autores de las tres frases que inician este artículo) tenían razón.

Muchos estudios han demostrado que la participación activa de la madre en la vida de sus hijos tiene un impacto positivo en su bienestar a largo plazo.

Aquí te contamos por qué.

Desarrollo de los primeros años de vida

Para entender bien este tema hay que establecer algunos parámetros básicos.

El desarrollo humano es interactivo. Ocurre gracias a las relaciones entre las personas. El afecto y la comunicación desempeñan un rol fundamental. Para que eso suceda de la manera adecuada, se deben considerar dentro del desarrollo de los niños y niñas diversos estímulos: afectivos, auditivos, visuales o de movimiento. Todos ellos facilitan la educación a través de los sentidos.

De ahí la importancia del ambiente familiar.

Un ambiente familiar pobre en afecto dificulta el adecuado desarrollo. Si no se habla a los niños, si se les valora la pasividad y no la actividad, si se les prohíbe tocar objetos, en realidad se les inhibe las posibilidades de adquirir saberes, conocer el mundo, forjar un pensamiento propio.

El rol de los padres es central en la educación de sus hijos. Para expertos como Ofelia Reveco, Educadora de Párvulos, Magíster en Ciencias Sociales y Doctora en Educación, el hogar es el espacio fundamental de aprendizaje. Especialmente en el caso de los más pequeños. La experta indica la relevancia de la complementariedad entre las familias y las instituciones educativas, ya que por antonomasia los primeros educadores de los niños son las madres y los padres.

Si no se habla a los niños, si se les valora la pasividad y no la actividad, si se les prohíbe tocar objetos, en realidad se les inhibe las posibilidades de adquirir saberes, conocer el mundo, forjar un pensamiento propio.

“El espacio de aprendizaje por excelencia es el hogar, el barrio, la comunidad, la ciudad. El jardín infantil, la escuela y el colegio continúan, fortalecen, potencian o enriquecen con su conocimiento especializado lo que la familia y el contexto han iniciado”, señala.

La participación activa de los padres desempeña un papel fundamental en el desarrollo de los estudiantes y conlleva numerosos beneficios. Diversos estudios exploran cómo ese involucramiento favorece y ayuda a los pequeños en su condición de alumnos.

Una comunicación familiar efectiva puede fortalecer la conducta, el rendimiento y la asistencia a clases. 

Según un estudio de la Universidad John Hopkins, dicha comunicación puede reducir la ausencia de los alumnos hasta un 24%. También afirma que  se han registrado científicamente resultados positivos en aspectos como la comprensión y fluidez de lectura; y finalmente, indica que la comunicación estrecha entre padres y docentes contribuye a que el alumno se sienta más motivado durante las clases, lo cual mejora su autoestima y actitud en el entorno escolar y favorece un comportamiento positivo en el aula.

Una comunicación familiar efectiva también puede mejorar fuertemente el rendimiento en las capacidades en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). 

El Proyecto de Investigación de la Familia Global —sucesor del Proyecto de Investigación de la Familia de Harvard existente entre 1983 y 2016— afirma que, como primer maestro de un niño, las familias juegan un papel fundamental en el desarrollo de las capacidades STEM. 

“Las investigaciones muestran que hay tres formas principales en que las familias fortalecen el aprendizaje STEM desde la primera infancia hasta la adolescencia: desarrollar un entorno hogareño rico en STEM; crear una mentalidad que promueva fuertes identidades STEM; y fortalecer el aprendizaje de STEM al participar en actividades en una variedad de entornos”.

Un acertado resumen de lo anterior lo aporta el filósofo, ensayista y experto en Educación José Antonio Marina: 

“Los padres solos no pueden educar a sus hijos. Los docentes solos no pueden educar a sus alumnos. La sociedad no puede educar a sus ciudadanos sin la ayuda de los padres y del sistema educativo”. 

Una comunicación familiar efectiva también puede mejorar fuertemente el rendimiento en las capacidades en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). 

En síntesis, un entorno familiar adecuado y una comunicación efectiva entre padres y maestros reduce la ausencia escolar y mejora el rendimiento académico, los niveles de práctica y comprensión de lectura, fortalece las habilidades STEM, y apuntala la motivación y actitud de los alumnos en el aula. Padres, docentes y toda la sociedad deben trabajar juntos para una educación exitosa para las nuevas generaciones. 

Cercanía con la mamá

En cuanto al rol específico de la madre, son varias instituciones las que reafirman lo anterior y destacan su trascendencia.  

La psicóloga Alejandra Aspillaga, cuyo trabajo ha sido validado por la UNICEF, reafirma la importancia de la mamá en la vida de los niños y niñas.

“Es la persona que está más cerca para acompañarnos a través de toda la trayectoria vital”, señala.

Para ella, el rol de la mamá resulta tremendamente esencial.

“Los primeros roces, los primeros olores, las primeras voces que escuchamos vienen de la mamá, nos formamos ahí adentro y esto continúa. Y, en las personas que han sido adoptadas también.

“En nuestras primeras experiencias y las más primarias está el contacto con la mamá donde que es con quien nos formamos”, indica. “Es la persona que está más cerca para acompañarnos a través de toda la trayectoria vital. La mamá es la que nos cuenta la vida, cómo es la vida, la que nos traduce el mundo, la que nos va armando y organizando los recuerdos que tenemos de la infancia”.

La especialista señala que siempre hay maneras de fortalecer el vínculo entre la madre y sus hijos e hijas.

“Lo que necesitan los niños y niñas muy pequeños es sobre todo cobijo, calor, protección. El primer apego ocurre cuando una mamá puede abrazar a su hijo o hija recién nacida, olerla, olfatearla, darle pecho y estar mucho rato con ella, con la menor cantidad posible de interferencias.

Ese acto, que parece tan simple, enriquece la experiencia vital de los pequeños y resulta clave en su emocionalidad futura, asegura.

En el caso de los niños o niñas más grandes, la especialista señala que la labor es más desafiante porque no se tienen las herramientas que sí hay al principio especialmente el amamantamiento. Pero eso no significa que no se pueda fortalecer el vínculo después de los primeros años.

El primer apego ocurre cuando una mamá puede abrazar a su hijo o hija recién nacida, olerla, olfatearla, darle pecho y estar mucho rato con ella, con la menor cantidad posible de interferencias.

“Hay estructuras y funcionamientos neuronales en el cerebro que se van quedando formados en las primeras etapas”, afirma. “El impacto es mucho más que si se hace más tarde; pero, independiente del momento, siempre es posible intervenir positivamente en la formación del cerebro de nuestros hijos”.

Herramientas emocionales para el cuidado

Entre las herramientas emocionales que el cuidado materno y paterno brinda a los hijos están algunos como:

  • Respetarse, aceptarse y quererse a sí mismos.
  • Respetar y querer a los demás.
  • Seguridad para expresar lo que le gusta y lo que no le gusta.
  • Aprenden a resolver problemas.
  • Promueve en ellos la independencia y la autonomía.

Y entre las actividades recomendables que madres y padres pueden hacer con sus hijos e hijas esta algunas simples como jugar, leer, cocinar, arreglar y limpiar la casa, hacer días de campo, practicar un deporte y contestar las preguntas que hacen.

El cuidado materno moldea en niños y niñas un comportamiento particular y fortalece el estado interno para que los pequeños lleguen a conocerse y apreciarse a sí mismos. La atención, el cariño y la protección durante los primeros años resultan mucho más importantes que cualquier contenido académico. Enseñar a nuestros niños y niñas a quererse y respetarse, y a querer y respetar a los demás no es algo que se enseña, sino que se vive. 

Como lo ha demostrado largamente la ciencia, una buena madre vale por cien maestros.

Y tú, ¿de qué forma fortaleces el desarrollo de tus hijos e hijas?

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